Según el estudio, parece importante comenzar a trabajar desde edades tempranas en la toma de conciencia de los posibles riesgos del envío online de contenidos sexuales propios y de las consecuencias que puede conllevar perder el control sobre ellos. Puesto que los adolescentes  son más vulnerables a las consecuencias negativas del sexting, como por ejemplo el cybebullying (ser acosado a través de las TICs) o el grooming online de menores (ser contactado por un adulto con fines sexuales), es necesario educar desde el comienzo de la adolescencia en el uso responsable de Internet y los Smartphones.